Decoración e interiorismo

FILOSOFIA

PICTURA nace del amor por la madera y la cultura del cuidado.

Crecí junto a un taller de carpintería. El olor a serrín, el ritmo de las herramientas y la precisión con que se transformaba cada pieza me enseñaron a respetar la materia prima y a comprender el mobiliario como algo vivo. No eran solo muebles: eran piezas con alma, construidas con exactitud, paciencia y propósito. Ese taller fue creado por mis padres tras regresar de una etapa en Suiza, donde trabajaron con la madera y aprendieron a mirar el oficio con otros ojos. Aquella experiencia imprimió en nuestra forma de hacer un carácter preciso, silencioso y abierto al mundo.

Y junto a ese universo de madera, en equilibrio perfecto, estaban los hilos de mi madre.

Autodidacta en el arte de la costura y el tejido, con una sensibilidad natural y una clara vocación emprendedora, abrió su propia mercería. Allí todo tenía orden, color y delicadeza: las cintas enrolladas como caracolas, los botones alineados por tamaño, los hilos en gamas sutiles… Era un lugar donde lo pequeño tenía valor y lo bello se tejía sin hacer ruido.

También formó parte de mi infancia una tienda de cerámica, donde juegos de café, vajillas y piezas singulares —de origen nacional e internacional— convivían en armonía. Aprendí a mirar los colores, las texturas, las formas; a entender que la belleza también habita en los objetos cotidianos, cuando están bien elegidos.

Ese entorno, hecho de manos, pausas y materiales nobles, marcó mi forma de ver el mundo.

Trayectoria

Más tarde, el camino me llevó lejos. Viví entre culturas distintas y trabajé en espacios donde el diseño no era solo estética, sino también ritmo, proporción y emoción. Desde el clasicismo sereno del Hotel Ritz en Madrid, hasta la solemnidad vertical de las Torres Gemelas en Manhattan.

Pero fue en Takashimaya, en plena Quinta Avenida de Nueva York, donde entendí el diseño como experiencia total.

Allí, Japón y Occidente convivían en equilibrio. En la entrada, las flores de Christian Tortu componían escenas que eran puro arte efímero. En el salón de té reinaba el silencio exacto, casi ceremonial. La galería de objetos mostraba piezas escogidas de diferentes culturas: nada era superfluo, todo tenía intención.

Takashimaya no mostraba. Sugería. No vendía. Presentaba. Todo estaba dispuesto con una delicadeza casi espiritual. Allí confirmé que el diseño —el verdadero— no solo se ve: se habita con todos los sentidos.

Me formé en interiorismo y mobiliario. Pero lo esencial lo sigo aprendiendo cada día, en cada proyecto, en cada casa distinta. Porque el diseño está vivo.

Visión

Y os voy a hablar de Mario, mi hijo con discapacidad intelectual, que me ha motivado siempre a elegir el mejor camino.

El estudio de la pedagogía nació del amor hacia él, del deseo de acompañarlo y cuidarlo como se merecía.

Con el tiempo, esa mirada atenta y respetuosa se convirtió también en una forma de entender los espacios

Porque acompañar a alguien —sea un hijo o un cliente— exige escuchar más allá de lo evidente, interpretar lo que no se dice, y ofrecer respuestas que no sean genéricas, sino profundamente significativas.

Esa pedagogía —vivida, reflexionada y estudiada— es hoy parte esencial de mi forma de diseñar: cercana, cuidadosa y pensada desde el otro.

Misión

Durante años, esta forma de trabajar —que une lo artesanal, lo técnico y lo humano— ha ido tomando cuerpo en cada proyecto.

Hoy se materializa con nombre propio: PICTURA.

Pictura es una palabra que evoca composición, imagen, armonía. La elegí porque cada hogar que diseñamos es, en esencia, una obra creada para ser habitada.

PICTURA es hoy un estudio boutique donde el diseño se piensa con rigor, se ejecuta con seriedad y se siente como una forma de cuidado.

Diseñamos desde la escucha, la armonía y el sentido profundo de lo que significa habitar.

Trabajamos con materiales nobles, respetamos la luz, estudiamos el color, incorporamos la biofilia y cuidamos cada detalle.

Porque el bienestar empieza en casa.

Y cada hogar tiene derecho a ser bello, cómodo, saludable y lleno de alma.

Soy Virginia Ramos. Fundadora de PICTURA.

Me mueve la sensibilidad, la experiencia y el deseo profundo de crear hogares donde el arte de vivir se sienta en cada rincón.

Consultar precio